La vida secreta de Spock

Spock es el puto amo, y no hay nadie que pueda demostrar lo contrario.

De primeras, aquí el amigo spock es hijo de una humana y de un embajador marciano de un planeta de acojonante nombre llamado Vulcano. De Spock se rieron en el colegio aquellos niños cabrones por ser diferente, por tener esas orejas y esas cejas, siendo realmente el tipo más interesante e inteligente de todo el colegio. Se sobrepuso a ello y cuando pudo elegir entre seguir por siempre una de las dos culturas, la humana o la vulcaniana, eligió la vulcaniana, claro. Spock ya sabía de chavalín que los humanos somos unos bárbaros. Y unos hijos de puta. Aunque, eso sí, le gustaba nuestra música y nuestra pintura, lo único que se salva. Más o menos.

Spock siempre va impoluto, piensa rápido, es leal, buen amigo, sutil, tenaz y decidido. Es buen partido, como se diría antaño. Es muy frío y parece que no tiene emociones, pero yo veo en Spock un torrente de sentimientos a punto de estallar en cada mirada que suelta y deja caer, en cada saber estar. Jamás le he visto tener miedo en ningún episodio, los vulcanianos se ve que no se acojonan con facilidad. Spock es más listo que usted y que yo juntos, ha lidiado con muchos imbéciles que le han juzgado por sus cejas sin él saberlo en un principio, ha salido adelante con coraje en un mundo en el que la gente no tolera que seas un puto marciano, ni siquiera medio puto marciano como él.

A este gran tipo al que le gusta el ajedrez dimensional, le obligaron a casarse, atención, a la edad de 7 años con una tipa llamada T´Pring por contacto telepático (!). Volvió a verla a los 14 años, a los 21, a los 28,… cada siete años. ¿Por qué? Alucino. Cada siete años los machos y hembras vulcanos se excitan y se ponen insoportables. A esto se le llama Pon Farr. Si no se acuestan con una vulcaniana (ellos) o un vulcaniano (ellas), la palman. La pareja debe estar estrechamente unida a cada vulcaniano para acostarse con ella en esos días de celo freak.

A mí nunca me quedó claro de todo esto. No sé si cada vulcaniano tiene su propio ciclo o, si de repente, cada 7 años todo vulcano es un planeta-orgia de la hostia durante una semana. No lo sé. Me inclino, en todo caso a pensar que Spock cogería con ganas a T´Pring cada siete años y ella igual. Me los imagino pensando que llega el día y que se van a volver locos si no se acuestan el uno con la otra y viceversa. Romanticismo y sexo marciano, propio casi de una película de Abel Ferrara.

Otra cosa es que se ve que los vulcanianos pueden saltarse el Pon Farr, si lo ven claro, pero entiendo que lo hacen sabiendo que la pareja al estar conectado mentalmente con ellos, lo sabrá. Siendo un pueblo tan contenido, no puedo imaginarme la bronca que se puede liar cada siete años en Vulcano, si de repente te has acostado con otra vulcaniana por ahí y esa costumbre de repente está de moda.  A Vulcano, no vayas esos días porque es sodoma y gomorra.

Spock siempre ha ido pulcramente afeitado excepto en una ocasión en la que accede a ver a su alter ego de un universo paralelo y ese otro Spock luce una brutal perilla muy a lo Walter White. Verlo quita el hipo. De entre los imposibles remakes que aparecen en mi perturbada mente televisiva influenciada por aquella aparición en el bosque de Barrio Sésamo por parte del inefable y e infame Don Pimpón -que aún me acojona- sueño con un spin off de star trek en donde Spock y Walter White alcancen la pureza del 100% de cielo azul gracias a la ciencia de Vulcano. Cocinarían en el enterprise y sería la leche luego ver a Walter White con James T.Kirk. Al lado estaría Spock, eso sí, con perilla, que le pega más para hacer droga en el espacio.

 
Foto: Tobias Woelki

La fiesta de los bifrontes

El bifrontismo es el acto de leer palabras de izquierda a derecha o de derecha a izquierda y tener dos significados distintos. Las personas son también bifrontes aunque no lo sepan. Realizamos actos, y depende de cómo los leamos, significarán una cosa u otra.

Lamina y animal son dos ejemplos. Un animal siempre impresiona verlo, una forma de vida distinta de ti, otra especie, una curiosidad, ¿hasta qué punto será inteligente? ¿Me entenderá? Hace poco vi una lámina en el bolso de huesitos que llevaba apuntadas cosas en inglés para ir repasándolas en momentos de asueto, algo que me creó también fascinación en su sencillez. Lamina y animal, se conocieron en una fiesta bifrontista y jamás se separaron.

Existe el oído y, leído desde el otro lado, el odio. A veces oyes cosas que odias, u odias esperar oir cosas que jamás oyes. Las personas protagonizamos escenas bifrontistas en la película de nuestra vida, sin darnos cuenta, sin saber que estamos haciendo una virtuosidad de la lengua en directo. Muchas de las cosas asombrosas que hacemos ni nos damos cuenta que las hacemos.

Te estás haciendo un arroz y piensas en aquella jefa que era una zorra y ahí tienes dos bifrontes más. Y cambias el chip y quieres llevar a huesitos a Roma y hacer el Amor con ella y luego bajar a cenar en ese universo paralelo de Ratatouille donde una ratona se dispone a anotar tu menú de degustación tras llegar al clímax mil veces.Y aquí seguimos Erre que erre en nuestro bifrontismo, sabiendo que la eme y la efe también lo son, sabiendo que este curioso juego también trasciende idiomas, como la nada en catalán que es res y existe ser, en castellano antes de ese idioma aprender.

Como adán y eva muchos humanos miran la vida y se encuentran que se les escapa de las manos como un ave y se encuentra, la nada, ese mencionado res. También rama y amar son bifrontistas y tú te acercas a ellas cuando estás en pareja y eres el fruto de su rama y ella el fruto de la tuya.

En el mundo somos todos números, tenemos nuestro DNI y nuestro NIF, otra bifronte con FIN, pero éstas están relacionadas en ese futuro distópico que llama a esa puerta que nos da miedo abrir cuando en realidad nosotros ni llegamos al picaporte y no tenemos capacidad de decidir si abrimos o no esa puerta a no ser que hagamos todos una gran torre y afrontemos el reto de cerrarla entre todos.

Las palabras también pueden tener el mismo significado desde una y otra dirección, como «rajar» pero esas palabras ya no se llaman bifrontes se llaman palíndromos, que también es una palabra que me gusta, dicho sea de paso.

Cuando rajas algo ya nunca volverá a ser igual, lo leas desde donde lo leas. También aquel que ama lo hace desde el derecho y desde el revés. Aquel que ama usa su momento palindromo siempre que ese amor sea verdadero y eso lo sientes porque tú flotas cuando lo sientes, tú no andas, vuelas como un ave y te lo encuentras todo, ves láminas de fascinación y sabes que si fueses un animal la seguirías buscando dentro de tu especie porque ella existiría para ti también en ese mundo. Para encontrar a esa persona tendrás tu propio radar desde un lado o desde otro. Seréis los adan y eva de vuestro mundo, seréis Roma entera y os haréis amigos de los ratones de vuestro encantador Ratatouille. Seréis la misma rama, el mismo NIF y jamás tendréis FIN. Seguiréis bailando por siempre en la fiesta de los bifrontes en donde os conocisteis.